A ese montón de metros de altura
Con ese montón de grados Celsius
A los semáforos en rojo palpitante
En las horas de siesta
De interminables buenas noches
Directo a las medias lunas antes del meridiano
Directo a la luna pasado el meridiano
Con la gracia de los trucos de magia y las apariciones de caramelos
Con la lectura de sueños como pitón de Fedor
De queso, aceitunas, naranjas del padrino, té sin sabor, carne, gelato y nuez.
De enfermedades, de hipocondría, de pasearte con la doctora Sarmiento, del subir para bajar, el alza de presión, el calor y la sangre.
Por no conocer más colores que el bianco y nero
Por vivir en una cabaña
Por oler a tentación
Por no vestirte
Por temer a la turbulencia y que eso sea mentira
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