Encanto es lo que tienen algunos hasta que empiezan a creérselo.
(Simone de Beauvoir)
Siempre supe que su cerebro, era su órgano más sobrevalorado.
Admiré su pasión por las cosas, una pasión obsesa, no mesurada.
Gigante de ego, tanto que podía amamantar hombrecitos de 16 años con sus artilugios.
Profitaba de la locura, la contagiaba.
Poseída por un subconsciente traicionero, que hasta hoy le hace oler como perra mi perfume.
El destino juzgó conveniente, que hoy marchamos por caminos diferentes.
Sin embrago, la beso cada noche, sin que lo sepa.
Y la hago oler de mi aliento, sin que lo sepa.
5 comentarios:
Con cada verso siento tus afiladas garras acechantes
que a pesar de tu trazo firme aun te encuentras expectante
Tincada eres, humilladora por excelencia.
Y el anonimato es parte del temor???
Exacto, las vivencias dolorosas cuesta superarlas.
Quién te causó tanto dolor?
Esapitonisa
Publicar un comentario