martes, 30 de octubre de 2007

Que la vida se hace tira, cuando menos se lo piense (del dolor mutado)


Fue un infarto al alma, la vida entera no quería latir más, sentí como la angustia se ensañaba con mi pecho. Lloré y aún lloro, mis lágrimas perdieron sus minerales, me desangre por los ojos, porque me asfixiaban los nudos en la garganta. Y me costaba respirar, que espeso se hace el aire cuando ya no lo aliviana el amor. Y escribí amor, por primera vez en esta vida me atrevía a hacerlo, sin saber cómo lastimaba esa palabra quebrada.

Y aún queriendo odiarte, amaba, aún queriendo despreciarte, amaba. Porque yo sí te perdoné, yo sí te acepté angustiado, yo sí comprendí cada una de tus razones y aunque mi corazón no quería, me fui, hasta en eso te obedecí.

Desde aquellos días necesité una razón, un motivo para parar, dejar de golpearme el alma, detener las tormentas, los llantos... y sabes? entre tantas preguntas, unas que te hice y otras que no, encontré respuestas, me di cuenta de que no hiciste nada de lo que yo sí hice por ti, no me aceptaste, no me quisiste, no me comprendiste... y lo que duele más aquí dentro, es que no me perdonaste, tú el semidios no fue capaz de enseñarme, de ver en mi la posibilidad, la oportunidad, castigaste mis errores aún cuando yo ciega esfumé todos los tuyos, me quitaste la luz, no me viste y me obligaste a cerrar los ojos y partir.

Hoy, yo por ti no me condeno, llevaré tu marca en mi, tu cicatriz como un porque sí, así mujer herida. Y yo no creo en dios, para ti no habrán castigos divinos, no, seré yo quien te condena, seré amargura en tu dulce vida, esa que plastificaste para mostrarme, esa en donde nunca hiciste sufrir a nadie, aquella vida en donde eras perfecto para mi, esa vida donde las personas se hacen títeres. Yo te manché esa historia de amores biennacidos, bienhechos bienterminados, seré en tu memoria la mujer que castigaste sin razón (y si las tienes perdiste el derecho a dármelas), mi dolor anula tu novela cotidiana bien intencionada.


Curtida por lo ilógico, escribo y expulso desde mis adentros todo esto que nunca leerás, perdiste mis letras, me perdiste a mi.


maldito, a pesar de todo te amo [la maldad y el amor te van a doler en una misma oración]

maldito, dejaré de amarte [tu maldad y el amor me ayudan en una misma oración]

No hay comentarios: