
Antes de ayer fui a disfrutar de De Saloon, rock chileno del doloroso (para mi roto corazón). Y mientras miraba la sensualidad de Piero al cantar, me sorprendía coreando desde el alma esas líricas y, a pesar de que tenía miedo de escucharlos porque me despertarían esa pena de amores frustrados, comprendí que si me podía desenamorar, que si podía usar el amor que le entregue a esos temas que alguna vez fueron “nuestros temas”, para saber y asumir que ahora las canto y las grito únicamente para mi, que ahora son mis temas y que en ellos escucho mi historia de amor ya ida. Así, de a poco, con hechos como este voy aprendiendo a olvidar, a sanar, si no lo hago no podría volver a amar. Y con cada son de guitarras y batería se detuvo el tiempo, mire a cada una de las dos bellas mujeres que me acompañaban esa noche, las vi corear y sentir, me sentí en sintonía y me di cuenta de que realmente no cantaba en soledad.
2 comentarios:
eh eh eh
yo motivé reabrir este blog???????
te requiero loca
seré tu más fiel posteadora
asi agrandamos el vínculo de amor fotologuero a amor bloguero
nuetsra relación evoluciona...
Reconosco que hay música que mis oídos aún no toleran...
esas especies de míticos sonidos que se insertan en los pliegues de las heridas.
Como un eco.. de esos que más que llenar espacios vacíos... los destruyen
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