Sí, soy mala poeta pero...
Podrás oler en mi piel la flor del nerolí.
Beberás de mi nube cargada de agua.
Presionarás el metal de mis piernas y la madera de mis pechos.
Tendrás en cada mano una brújula
y al tumbarte en mi espalda te perderás.
Sí, soy mala poeta pero...
te harás adicto al veneno de mi cerbatana
al horizonte de mi cuerpo en fata morgana.